20150911

SALINILLAS DE BURADON - HARO






1 de septiembre, martes: Salinillas de Buradón - Haro

          La etapa de hoy es de diseño.  La hemos preparado así de corta porque queremos dedicar el tiempo suficiente a disfrutar de la visita que tenemos concertada con las Bodegas Muga. Por otro lado, como estamos tan cómodos en este albergue, decidimos pernoctar aquí una noche más en vez de hacerlo en Haro. Así pues, como tarde no es y prisa no hay, nos ponemos en marcha parsimoniosamente hacia la entrada del pueblo para retomar la ruta que asciende al portillo de la Lobera, única dificultad del día. La subida es intensa pero sencilla por un buen camino de tierra roja, húmeda por la lluvia de ayer, sin embargo la bajada se complica por lo pedregoso del sendero. Habrá que mirar bien dónde se pisa.
          Desde lo alto, la vista de la llanura riojana con los viñedos cargados de uva ya madura es espléndida. La población más próxima es Briñas, la siguiente Haro y entre ambas el Ebro, luego planicie hasta el horizonte.
          En Briñas hacemos una parada reconstituyente en el Bodegón Ayala, recomendado por Juan Echanove en su blog, donde su chef, Santi, nos atiende amablemente mostrándonos el menú que tiene para hoy, convenciéndonos hasta el punto que reservamos una mesa para el mediodía.
          Desde aquí es un placer caminar junto al Ebro hasta el gran puente gótico de sillería de 150 metros de longitud, preludio de la llegada a Haro.  Ahora avanzamos entre algunas de las más importantes bodegas de La Rioja hasta arribar a la de Muga.  Hemos llegado con una hora de antelación a la cita concertada, pero en la recepción nos permiten unirnos al grupo que acaba de iniciar la visita y así poder llegar luego más holgados a la comida en Briñas.
          La bodega es moderna y novedosa aunque también tradicional. Por ejemplo, me llaman la atención dos detalles que la distinguen en el proceso de elaboración del vino: es de la pocas bodegas, sino la única, que todavía fermenta el mosto en grandes pipas de madera en vez de utilizar el acero inoxidable y, por otro lado, emplea la clara de huevo batida para eliminar impurezas del vino.
          Después de degustar una especialidad de vino blanco y otra de tinto de esta gran marca, regresamos al Bodegón Ayala a dar cuenta de un buen menú a base de alubias pochas, secreto ibérico o chuletillas a la brasa. Tras los postres, compramos algo para la cena y regresamos a nuestra "mansión" en Salinillas donde hoy tenemos un nuevo compañero de habitación.  Se trata de Fernando, un recién prejubilado de Vitoria, correcto y agradable, que piensa llegar hasta Santiago por el Camino Francés.

          La tarde transcurre relajada y apacible entre paseos por los recovecos de esta singular villa y alguna cañita en el bar. La comida de hoy ha sido copiosa y el desgaste físico escaso, por lo que una humilde pero rica tortilla de patata es suficiente para cubrir el exiguo apetito de esta noche.


PINCHANDO EN CUALQUIER FOTO PUEDEN VERSE TODAS A MAYOR TAMAÑO.



 Dejamos atrás a Salinillas
 Portillo de la Lobera



 En primer término Briñas, luego Haro



 Las cepas bien cargadas de tempranillo

Las endrinas también a punto
 Esto parece una tinaja .......
 ....... pero es una cámara anti cacos
 Entramos en Briñas

 Descanso en Bodegón Ayala



 Caminando junto al Ebro




 Visitamos Muga




 Claras de huevo para limpiar el vino



 Con cada tira de tablas se construye un barril

 Otra fachada de la bodega



 "El cementerio". Muestras de cada cosecha

 Degustación


 De nuevo en Briñas

 Menú del Bodegón Ayala


 Paseo por Salinillas para hacer la digestión





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